Valentía de mujer

Siempre fue reacia a ser abrazada, elogiada y su escudo era contestar mal, sin embargo lo que no se daba cuenta que era su miedo el que hablaba por ella pero su vida cambió, cuando trajo al mundo a sus dos hijos desde entonces su sonrisa cuando los mira es imborrable, y los besos y abrazos parecen que llueven del cielo. Ahora es más bonita que antes porque en sus ojos encuentro algo que siempre tuvo pero que con el paso de los días se le acentúa mucho más, la valentía.

Hace dos meses decidió colocarse unas zapatillas de correr y salir en busca de un sueño. La verdad, nos dejó a todos descolocados pero al volver su cara reflejaba algo que yo ya conocía. No miento si digo que tuve el mismo escalofrío que siento cuando llego al último kilómetro y llamo a mi madre para decirle, lo conseguí quizás porque en sus ojos me encontré.

Van pasando los días y busca cualquier hueco para salir al aire libre, se coloca su ropa de batalla, su visera «Somos Nuestros Pasos» y su música, siempre me sonríe antes de irse. Sabéis no es rápida, no tiene fuerza aún en las piernas pero tiene algo que no se puede comprar ni arrebatar, algo que la hará levantarse cada día, un objetivo: «cruzar una meta con sus hijos».

A veces, ella duda de si lo conseguirá, pero sé entonces que está en el camino correcto, todo los retos cuando son de verdad, nos provoca vértigo, incertidumbre sino no serían auténticos retos.

Ahora sus hijos me dicen con complicidad «mi mamá corre y siempre les pregunto que les gritarás a tu mamá en la meta, no lo dudan ni por un instante, «Campeona». Cierto vuestra mamá es una Campeona.

Hemos recibido este año muchos premios y medallas, he subido a podiums y he corrido rápida pero nada es igualable a lo que siento cuando la veo a ella. Cuando se agarra a mi mano y con miedo me dice: nana ayúdame. No imagino mi vida sin mi hermana, la amo por encima de todo y su sueño ahora es mi objetivo. Haremos kilómetros juntas bajo el sol y la lluvia, estoy segura que muchas carreras pero sobre todo sé que aprenderemos una vez más que la valentía no es la ausencia de miedo sino tenerlo y aún así enfrentarte a él.

Yolanda Macías Román es mi hermana mayor, es una Princesa del Desierto porque no se rinde y a pesar de todo NUNCA abandona un sueño.

Que ella decida cómo vestirse

Escribo estas líneas por que varios me lo habéis pedido.
 
Apoyo la idea de que cada mujer se vista como se sienta, que el vestuario pueda ser una forma de expresarse, de mostrar su estilo de vida, de comunicarse. Con el fin que cada una decida: sentirse cómoda, guapa, única… Que pueda vestirse para si misma o para otros… nunca juzgaré a nadie por su vestimenta como vi ayer por twitter, he convivido con gente de todo el mundo y de todos los estilos, desde los mujeres Himba con cuerpos semi desnudos revestidos con arcilla a directivas de grandes marcas como Renault, Cocacola o Deloitte, he conocido niñas descalzas entre chabolas en Namibia riendo y jugando y mujeres con bolsos SACT de varios miles de euros. Toda mujer me parece bella independiente de cómo se vista, posiblemente la mujer mas bella del mundo sea mi madre, que ahora está con una bata de casa pero con una enorme sonrisa viendo como escribo estas líneas.
 
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Por eso ante la polémica de cada año con Cristina Pedroche y sus vestidos, solo puedo decir que se vista como quiera, pero que ella sea quién decida, que no lo decidan hombres directivos de cadena en traje y corbata, ni índices que dicen que será tendring topic y que no, ni nadie que no sea ella… Hemos avanzado mucho desde las «mama chicho» pero hay mucho camino por recorrer, a mi me gusta proyectar la imagen de mujer real cuando veo a Cristina en su Instagram en chandal y sin maquillar y me gustaría trasladar esa imagen de normalidad a la televisión, donde las mujeres son mas de lo visten.
 
Yo me siento guapa con unas zapatillas, sudorosa y cruzando metas sonriendo, otras podrán sentirse así sobre tacones y en alfombras rojas recogiendo premios. Mi mejor complemento lo tengo claro, mi sonrisa que dice mas de mi que ningún atrevido vestido.
 

Vistámonos cada día con una sonrisa que diga mas de nosotras de como somos por dentro o no, pero que seamos nosotras las que decidimos cómo vestirnos.